La venta de 'forfaits' cae un 30% y presagia un "nefasto" año de esquí
• La llegada de la nieve a los Alpes hace temer al Pirineo que se anulen las reservas de febrero
• Vaquèira tuvo ayer 5.000 esquiadores, cuando en la misma fecha del 2006 pasaron más de 10.000
MARÍA JESÚS IBÁÑEZ
LLEIDA Nieva en los Alpes. Los Pirineos lloran. El sector turístico del Pirineo catalán (pistas de esquí, hoteles, restaurantes, comercios...) empieza a echar números ya de la que puede ser una de sus más catastróficas campañas. Ni las peores predicciones permitían intuir una temporada "tan nefasta como esta", reconoce el presidente de la Federació d'Hosteleria de Lleida, Juan Antonio Serrano. Solo en Lleida, el sector ya ha dejado de ingresar millones de euros "que no se recuperarán de ninguna manera", y el problema amenaza con ser mayor. Nieva en los Alpes, de modo que las tradicionales semanas blancas que grupos de esquiadores contratan entre finales de enero y todo febrero puede trasladarse en breve a las estaciones, suizas, italianas, francesas y austriacas.
Las cifras, sobre todo si tiene en cuenta que en algunas zonas del Pirineo el esquí es un monocultivo económico en invierno, asustan. La Diputación de Lleida calcula que la disminución en la venta de forfaits puede ser en estos momentos de un 30% en comparación con el mismo periodo del año anterior, y que la ocupación hotelera ha caído un 10%. En algunos casos, como en las estaciones de esquí nórdico, que aún no han podido abrir sus puertas --la única que lo ha hecho es Sant Joan de l'Erm (Alt Urgell)--, la reducción de ingresos ha sido del 100%.
FACTURACIÓN A LA BAJA
El director comercial de Vaquèira Beret (Vall d'Aran), Roberto Buil, explicó ayer ayer que "la facturación representa solo un 60% o 65% de la del año pasado". Ayer, por ejemplo, la estación aranesa (el mayor complejo de esquí catalán) recibió a unos 5.000 esquiadores, cuando en las mismas fechas del 2006 pasaron diariamente por las pistas entre 10.000 y 12.000 personas. De los 104 kilómetros esquiables, solo 34 están disponibles.
Cada estación, sin embargo, tiene sus peculiaridades. Masella, en la Cerdanya, es de las que menos está sufriendo la mala temporada meteorológica. "Quizá porque hemos tenido una nieve excelente gracias a la innivación con cañones", explicó ayer su directora comercial, Maite Martí. "Ha habido días en que, incluso, se ha superado la afluencia del año pasado", afirma. La falta de competencia juega a su favor.
LA WEB DE LA NASA
Otra lectura pesimista es el análisis del espesor de la nieve. Hay poco, y se derrite. Boí-Taüll Resort (Alta Ribagorça), que la semana pasada disponía de una gruesa capa de 70 centímetros, acumulaba ayer 55 centímetros.
Tan fundamental es la nieve que en el Pallars es común consultar la web meteorológica de la NASA, en la que se formulan atrevidas predicciones a medio plazo. "Ahí dicen que el 20 de enero empezará finalmente a nevar", explicó ayer la propietaria de un restaurante de Sort, que sufre por la falta de clientes, aunque "la ilusión es lo último que se pierde".
Si las previsiones de los expertos de EEUU no se cumplen, este será "uno de los cinco inviernos con menos nieve del último medio siglo", pronosticaba días atrás el geógrafo Juan Ignacio López Moreno, del Instituto Pirenaico de Ecología.
El hecho diferencial es que, en esos otros inviernos secos que a lo largo del siglo XX ha padecido el Pirineo, el negocio organizado alrededor del esquí no era un gigante de proporciones como las actuales. Una crisis blanca ahora sería una crisis sin precedentes.
Por eso inquieta que los hoteles del Pirineo han empezado a notar también un descenso en el ritmo de reservas para mediados de febrero, "que es cuando se organizan las semanas blancas en los colegios y en Francia se dispone de una semana de vacaciones", explicó el presidente de la federación leridana de hostelería. Las contrataciones "empezaron en noviembre, como suele ser habitual, pero desde diciembre, cuando se confirmó la falta de nieve, se han ralentizado", afirmó Serrano, que es propietario de un hotel en el Vall d'Aran. La nevada que está cayendo estos días en los Alpes hace temer que el público francés se olvide este año del Pirineo.
TEMPOREROS EN PARO
La situación es más preocupante, si cabe, si se tiene en cuenta la gran cantidad de pequeños negocios y de trabajadores autónomos que viven gracias al negocio de la nieve. Solo en las comarcas del Pirineo de Lleida, el sector del esquí genera un impacto económico de 275 millones de euros durante toda la temporada.
"Hay establecimientos hoteleros que ya tenían contratado a todo el personal y que, ahora, están teniendo unos ingresos muy por debajo de lo estimado", añadió Serrano. Algunas estaciones de esquí, como La Molina (Cerdanya) y Port Ainé (Pallars Sobirà) han dejado de contratar a un 30% de mano de obra temporal, en vista de que aún no pueden abrir el total de pistas y remontes.
Esta inestabilidad laboral afecta sobre todo a los más jóvenes, que suelen contratarse como monitores en las escuelas de esquí de las estaciones o que obtienen un complemento salarial vigilando telesillas y arrastres. Algunos llevan esperando una llamada para trabajar desde el pasado noviembre, cuando estaba previsto empezar la temporada.• La llegada de la nieve a los Alpes hace temer al Pirineo que se anulen las reservas de febrero
• Vaquèira tuvo ayer 5.000 esquiadores, cuando en la misma fecha del 2006 pasaron más de 10.000
MARÍA JESÚS IBÁÑEZ
LLEIDA Nieva en los Alpes. Los Pirineos lloran. El sector turístico del Pirineo catalán (pistas de esquí, hoteles, restaurantes, comercios...) empieza a echar números ya de la que puede ser una de sus más catastróficas campañas. Ni las peores predicciones permitían intuir una temporada "tan nefasta como esta", reconoce el presidente de la Federació d'Hosteleria de Lleida, Juan Antonio Serrano. Solo en Lleida, el sector ya ha dejado de ingresar millones de euros "que no se recuperarán de ninguna manera", y el problema amenaza con ser mayor. Nieva en los Alpes, de modo que las tradicionales semanas blancas que grupos de esquiadores contratan entre finales de enero y todo febrero puede trasladarse en breve a las estaciones, suizas, italianas, francesas y austriacas.
Las cifras, sobre todo si tiene en cuenta que en algunas zonas del Pirineo el esquí es un monocultivo económico en invierno, asustan. La Diputación de Lleida calcula que la disminución en la venta de forfaits puede ser en estos momentos de un 30% en comparación con el mismo periodo del año anterior, y que la ocupación hotelera ha caído un 10%. En algunos casos, como en las estaciones de esquí nórdico, que aún no han podido abrir sus puertas --la única que lo ha hecho es Sant Joan de l'Erm (Alt Urgell)--, la reducción de ingresos ha sido del 100%.
FACTURACIÓN A LA BAJA
El director comercial de Vaquèira Beret (Vall d'Aran), Roberto Buil, explicó ayer ayer que "la facturación representa solo un 60% o 65% de la del año pasado". Ayer, por ejemplo, la estación aranesa (el mayor complejo de esquí catalán) recibió a unos 5.000 esquiadores, cuando en las mismas fechas del 2006 pasaron diariamente por las pistas entre 10.000 y 12.000 personas. De los 104 kilómetros esquiables, solo 34 están disponibles.
Cada estación, sin embargo, tiene sus peculiaridades. Masella, en la Cerdanya, es de las que menos está sufriendo la mala temporada meteorológica. "Quizá porque hemos tenido una nieve excelente gracias a la innivación con cañones", explicó ayer su directora comercial, Maite Martí. "Ha habido días en que, incluso, se ha superado la afluencia del año pasado", afirma. La falta de competencia juega a su favor.
LA WEB DE LA NASA
Otra lectura pesimista es el análisis del espesor de la nieve. Hay poco, y se derrite. Boí-Taüll Resort (Alta Ribagorça), que la semana pasada disponía de una gruesa capa de 70 centímetros, acumulaba ayer 55 centímetros.
Tan fundamental es la nieve que en el Pallars es común consultar la web meteorológica de la NASA, en la que se formulan atrevidas predicciones a medio plazo. "Ahí dicen que el 20 de enero empezará finalmente a nevar", explicó ayer la propietaria de un restaurante de Sort, que sufre por la falta de clientes, aunque "la ilusión es lo último que se pierde".
Si las previsiones de los expertos de EEUU no se cumplen, este será "uno de los cinco inviernos con menos nieve del último medio siglo", pronosticaba días atrás el geógrafo Juan Ignacio López Moreno, del Instituto Pirenaico de Ecología.
El hecho diferencial es que, en esos otros inviernos secos que a lo largo del siglo XX ha padecido el Pirineo, el negocio organizado alrededor del esquí no era un gigante de proporciones como las actuales. Una crisis blanca ahora sería una crisis sin precedentes.
Por eso inquieta que los hoteles del Pirineo han empezado a notar también un descenso en el ritmo de reservas para mediados de febrero, "que es cuando se organizan las semanas blancas en los colegios y en Francia se dispone de una semana de vacaciones", explicó el presidente de la federación leridana de hostelería. Las contrataciones "empezaron en noviembre, como suele ser habitual, pero desde diciembre, cuando se confirmó la falta de nieve, se han ralentizado", afirmó Serrano, que es propietario de un hotel en el Vall d'Aran. La nevada que está cayendo estos días en los Alpes hace temer que el público francés se olvide este año del Pirineo.
TEMPOREROS EN PARO
La situación es más preocupante, si cabe, si se tiene en cuenta la gran cantidad de pequeños negocios y de trabajadores autónomos que viven gracias al negocio de la nieve. Solo en las comarcas del Pirineo de Lleida, el sector del esquí genera un impacto económico de 275 millones de euros durante toda la temporada.
"Hay establecimientos hoteleros que ya tenían contratado a todo el personal y que, ahora, están teniendo unos ingresos muy por debajo de lo estimado", añadió Serrano. Algunas estaciones de esquí, como La Molina (Cerdanya) y Port Ainé (Pallars Sobirà) han dejado de contratar a un 30% de mano de obra temporal, en vista de que aún no pueden abrir el total de pistas y remontes.
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