¿Usted cuándo empezó a practicar SnowBoard? Mis padres me engancharon esta pasión por la nieve desde pequeño. Íbamos a esquiar muchos fines de semana y hubo un punto que estaba saturado de los esquíes tan largos y tan rectos y busqué nuevas sensaciones. Tuve la oportunidad de probar el Snowboard y me enganché. Debía de tener 17 años cuando empezaron a realizarse las primeras competiciones en España. Y cuál es su metodología de trabajo desde entonces... La cuestión es siempre movernos donde hay nieve. Los que nos dedicamos a esto tenemos poco tiempo de verano para ir a descansar a la playa, porque buscamos condiciones invernales. Ahora estoy recién operado y tendré que estar un mes de absoluto reposo debido a la lesión que me hice cuando me preparaba para conseguir la medalla olímpica. Si estuviera bien en junio estaría 15-20 días en los Alpes suizos y después iría al invierno de Chile, que es donde empieza el circuito internacional. ¿Hasta qué punto le rompe la progresión esta lesión? Más que nada rompe el programa de entrenamiento, porque no puedo hacer el menor asomo de ejercicio del tronco superior del cuerpo durante un mes, y después deberé coger movimiento y volumen otra vez despacio. Rompe mucho, pero si lo analizamos con sangre fría y pensamos que los próximos Juegos Olímpicos que son dentro de cuatro años tampoco es ningún drama. ¿Además de recuperarse, cuál es su objetivo inmediato? Cuando esté al cien por cien de la lesión en el hombro ponerme al mil por mil de cara al campeonato del mundo que se hace en Arosa a finales de enero de 2007. Después quiero continuar al máximo un ciclo más, esto quiere decir cuatro años de intenso trabajo para prepararme para los Juegos, y a partir de ahí ya veremos qué pasa. Lleva muchos años de trabajo en silencio. ¿Qué es lo que más esfuerzo implica de todo su trabajo? Para llegar a poder destacar a nivel internacional debes pasar muchas horas fuera de casa. Esto a menudo no se valora si no tienes unos resultados de primer orden. Este cuarto puesto en Turín ya lo había conseguido en una Copa del Mundo. Dentro de la élite ya me he ido peleando, pero ahora me he dado a conocer a nivel nacional. Mucha gente no se lo esperaba, pero mi entrenador y mi familia me han apoyado siempre. Y esto es muy importante, porque cuando pasas 300 días en la montaña siempre hay altibajos y necesitas mucho apoyo. ¿Y su recompensa más grande cuál es? La satisfacción que tengo es que se ha hecho un eco muy grande de la modalidad en la qué compito. Me sabe un poco mal que sólo se haya hecho eco a partir de los juegos Olímpicos, porque hay un trabajo de muchos años detrás. Pero ya es importante dar a conocer este deporte del que mucha gente no conocía la prueba del boardercross. |
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¿Se puede decir que está en alza?
Yo no me dedico a ayudar a enseñar en la base de este deporte; apenas he hecho alguna tecnificación de alta competición para niños, pero sí que ves bastante gente practicando esta modalidad en todas partes. Hay mucho plantel de juventud que se interesa, que tiene muchas ganas de practicarlo y que tiene un apoyo familiar. Es importante porque las federaciones lo están viendo y empiezan a trabajar de lo lindo.
El suyo es un deporte poco conocido todavía. ¿Hay mucho 'fair play' entre vosotros, los deportistas?
Sí, sí La rivalidad se queda en la pista, nosotros somos una gran familia. Debemos ser unos 80 corredores en competición masculina y siempre nos ayudamos. Si alguna vez a alguien le pierden el equipaje entre todos lo solucionamos. Nos llevamos muy bien.
A usted le perdieron el equipaje en la T-4 de Madrid rumbo en Turín...
Exactamente. hubo un problema no sé si de la terminal del aeropuerto o de la compañía aérea, y estuve cuatro días sin mi material. Desgraciadamente cuando me llegó estaba roto. La maleta estaba reventada y mi tabla rota. Pero es lo que decía, que el ambiente es tan bueno entre nosotros que un amigo mío, el francés Mathieu Bozzetto, me dejó una tabla suya a la cual me adapté muy rápido y pude competir muy bien.
Por cierto, ¿Cómo consiguió soportar el dolor de la luxación en el hombro?
Cuando llevas no sólo cuatro años, sino podríamos decir que 8 preparando esta prueba en modalidad olímpica no puedes tirar la toalla. Te la debes jugar. Sólo habría renunciado a competir si me hubiera roto el hueso, porque no te dejan competir con un brazo escayolado. Lo único que podía pasar era lo que me ha sucedido: ir al quirófano. El dolor es controlable con analgésicos y sobre todo con la mente. El principal dolor es en el momento de la salida, cuando traccionas con los brazos, pero una vez estás dentro de la pista estás concentrado en adelantar, en deslizar, y te olvidas. Sinceramente no me acuerdo del dolor del día de la prueba. Pero del de dos días después sí. Tenía todo el cuerpo reventado de agujetas, porque al tener mal el hombro izquierdo sobrecargué el lado derecho desde las abdominales, las lumbares, los quadriceps, el hombro... todo me hacía daño después.
Vaya, un paradigma de esfuerzo y sacrificio...
Para hacer un deporte de alto nivel te debes dedicar al 100 por 100, debes hacer de tu pasión una profesión. Así es cómo puedes tirar realmente adelante.
Isaac Lluch© SPORTMAGISTER: Educación en valores a través del deporte
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